lunes, 11 de febrero de 2008

Pequeñas reformas para revitalizar tu casa

El verano es un momento perfecto para acometer pequeñas reformas en el hogar, aprovechando que disponemos de mayor tiempo libre. ¿Necesita tu vivienda una limpieza general?, ¿ quizá hace falta aislar paredes y techos?... ¿o simplemente una mano de pintura que revitalice su aspecto general? Sea cual sea tu caso, te damos algunas ideas para darle un aire nuevo a tu casa.

Es innegable que, para conseguir mantener temperaturas estables dentro de la casa, necesitamos un buen aislamiento en techo, paredes y suelos. Las paredes, por ejemplo, se pueden aislar con ladrillos huecos, hormigón, estuco sintético o aislamiento de vertido. Este último es la mejor opción para las paredes acabadas y se instala vertiendo el líquido por los espacios que quedan entre las vigas del techo o bien por soplado con un equipo especial.

Por su parte, el ladrillo hueco fundamenta su eficacia en el grosor de la pared, que se ve incrementado para evitar que las temperaturas extremas se cuelen en la vivienda. Por otro lado, los inmuebles con paredes de hormigón tendrán que añadir perlita como aislante, ya que el hormigón absorbe el calor. Por último, el estuco sintético es un sistema innovador compuesto por diversas capas aislantes, especialmente útil para resguardar la casa de corrientes de aire.

Suelos y techos
El techo es uno de los lugares por donde más se escapa el calor del hogar. Existen láminas de distintos materiales (fibra de vidrio, fibra mineral) que permiten aislar la vivienda no sólo del clima exterior, sino también de los ruidos. Muchas veces, en el caso de lugares cálidos, se recurre a pinturas aislantes, que rechazan la luz.

Para el suelo, los mejores sistemas son las láminas flexibles de vidrio o las capas de aislamiento reflector de diversos componentes. Por último, no olvides reforzar con aislante los zócalos y juntas de puertas y ventanas, aunque en este último caso es buen método recurrir al doble acristalamiento, que no sólo mantiene la temperatura de la casa, sino que protege de los ruidos.

Pintar la casa
La primera cuestión a la hora de pintar es decidir si contratamos a un profesional o si lo hacemos nosotros mismos. El ahorro puede alcanzar hasta un 70% si nos animamos a pintar nosotros, aunque también hay que pensar en el esfuerzo y en el gasto de tiempo que esta tarea supondrá.

Si al final nos decidimos a pintar, tendremos que decidir el tipo de pintura y el color. Siempre elegiremos tonos ligeramente más claros de los que queremos, ya que normalmente las cartas de colores suelen parecer más suaves de lo que son en realidad. Pintaremos en el siguiente orden: techo, paredes, cercos, marcos y zócalos.

Para las paredes y los techos lo mejor es la pintura plástica, ya que se seca rápidamente y es lavable. Haz cálculos para comprar la pintura: con un litro cubriremos 20 metros cuadrados. Para los marcos de ventanas y puertas, optaremos por esmaltes sintéticos. En las tiendas nos pueden asesorar en este sentido.

Un lavado de cara
Son muchas las personas que aprovechan las vacaciones para hacer limpieza general en casa. Uno de los lugares donde tendremos que ser más enérgicos es la cocina, una estancia que se ensucia mucho durante el año. Es fundamental vaciar el frigorífico para limpiarlo: utiliza una mezcla de bicarbonato y agua para el congelador y jabón para el resto. Aprovecha para organizar después los alimentos dentro de la nevera de un modo racional y pon un pequeño cuenco con bicarbonato para evitar los malos olores.

Es también buen momento éste para abrillantar la batería de cocina con soluciones de bicarbonato y agua caliente. También con esta mezcla podemos quitar las manchas de grasa acumuladas en los azulejos de las paredes y el suelo. No olvides usar desengrasantes en el horno, los fuegos y el microondas.

Es momento de ponerse con el cuarto de baño: lavaremos las cortinillas de la bañera o la ducha, desinfectando bien. En el caso de que sea mampara, la descolgaremos con cuidado, frotaremos con jabón las manchas de suciedad, las dejaremos reposar en agua con jabón y secaremos bien para después volverlas a instalar. También es efectivo sustituir el jabón por soluciones de agua tibia con bicarbonato.

A continuación, incidiremos sobre los sanitarios y desinfectaremos alfombrillas, escobillas y armarios. Deja caer un poco de bicarbonato por los sumideros para quitar los residuos de las tuberías. Repasa, tanto en la cerámica del baño como en la de la cocina, la lechada que separa cada azulejo con un poco de pintura blanca especial (baldosinín) o con otros productos especiales.

Salón y dormitorios
En el caso del resto de estancias de la vivienda, tendremos que retirar y lavar todos los textiles de la casa: tapicerías desenfundables, mantelerías, ropa de cama, colchas, alfombras y cortinas. El buen tiempo nos permite lavar y secar rápidamente para poder reinstalarlas cuanto antes. En el caso de las alfombras, esperaremos a que llegue el frío.

Aprovecha para vaciar mesas, armarios y estantes, y limpiar en profundidad, eliminando el polvo de los lugares más escondidos, primero con productos especiales para muebles y una gamuza y luego con un paño seco de algodón. Utiliza productos reparadores de madera en muebles y suelos de parqué o tarima. También limpia las lámparas y sustituye las bombillas convencionales por otras de bajo consumo.

Limpiar las ventanas puede ser una tarea bastante tediosa y es posible que nos ocupe casi un día entero, dependiendo de las dimensiones de la vivienda. Ármate con un trozo de tela de algodón y un producto limpiador de cristales, y elimina las manchas a conciencia. Las más difíciles se pueden eliminar con una pasta fina elaborada con agua y bicarbonato. Hay quien dice que el papel de periódico consigue resultados magníficos a la hora de limpiar ventanas. No te olvides de humedecerlo con agua y jabón antes de frotar.

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