miércoles, 6 de febrero de 2008

Decídete a usar la brocha y barnizar

Aunque te resulte tedioso, barnizar tiene grandes recompensas. Para empezar, enriquece la superficie de tus paredes, pisos y muebles de madera y les puede dar bellos matices de color y textura. Si te resulta aburrido tener que pasar dos o hasta tres y cuatro capas de barniz para lograr un buen resultado, consuélate pensando que los japoneses del siglo XVIII daban hasta 30 capas de barniz a sus bienes y otras 40 capas de laca oriental.

Barniz y laca

María Antonia González, dueña de Hialeah Refinishing, en Miami, dice que es bueno barnizar cuando el mueble o la pieza de madera que se quiere recuperar está dañado, seco o, simplemente, se quiere cambiar de color.

"Generalmente, el barniz, por sus propias características de duración e impermeabilidad, se usa en exteriores. Para interiores, se aprovecha en las superficies como los pasamanos de la escalera y otras superficie que tienen mucho contacto", aclara González.

Para los muebles u otros objetos de madera valiosos, la experta recomienda utilizar laca: "da ese acabado ideal color marrón que luce tan bien y ayuda a conservar por más tiempo los objetos de madera", asegura González.

Barniz protector

Luis Peraza es un pintor profesional retirado, que durante más de 30 años trabajó en una compañía de pintores en Colombia: "la madera decorativa, los pisos o muebles se barnizan para darles una protección duradera. Sobre todo en exteriores, donde la madera se ve expuesta al uso excesivo, a las inclemencias del sol o a la lluvia", explica el experto.

Sin embargo, el interior de la casa también reclama una capa protectora:"las paredes o pisos de madera están sujetos a un uso muy frecuente: pisadas, golpes, raspones; incluso maltratos. Por lo que un toque de barniz puede conservarlas mejor", comenta.

Facilita la limpieza

Para Peraza, los acabados más finos tendrían que ser barnizados y, no sólo por protección, sino para hacer más fácil su limpieza o lavado: "el barniz mate seca casi inmediatamente de forma invisible y le da a la superficie un acabado duradero, que se puede limpiar con facilidad", dice el experto.

"Con el tiempo las superficies glaseadas se vuelven difíciles de lavar. Si se rematan con una capita de barniz claro o semi lustroso, se conservan muy bien. Esto es válido especialmente para la pintura de aceite, que queda protegida sin estropear el color, se embellece y cobra nueva vida", destaca Peraza.

Un truco muy valioso del experto: "algunas maderas quedan mejor si antes de barnizarlas se lijan con cuidado con un papel de lija suave. Esto hará más lisa la superficie y la brocha se desplazará mejor sobre ella".

Artículo ofrecido por Mary Monsalve

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