lunes, 11 de febrero de 2008

Cómo instalar una caja fuerte


Si en nuestra vivienda disponemos de objetos de valor o dinero en metálico, no está de más instalar una caja fuerte que proteja nuestros enseres más valiosos. Antes de ponernos manos a la obra, tendremos que decidir cuál es la caja que más se adecua a nuestras necesidades. En este reportaje te explicamos cuáles son los modelos más utilizados y para qué sirven. Además, si te has decidido por la versión empotrada, te explicamos paso a paso cómo proceder para concluir una correcta instalación.

Herramientas y materiales

La maza y el cincel.
El flexómetro.
El taladro-percutor.
El aislante de aluminio o plástico.
Las brocas.
El nivel de burbujas.
La llana.
La gaveta.
Los ladrillos.
La paleta.
Tipos de caja fuerte
Las cajas de empotrar: como ya indica su propio nombre, éstas van empotradas en un muro que sea macizo o incluso en el suelo. Lo normal es esconderlas detrás de un cuadro, una falsa pared... y si la ocultamos en el suelo, que quede tapada por un falso suelo y encima una alfombra, una mesa o cualquier otro mueble.

Las cajas de sobreponer: se ven en su totalidad ya que simplemente son atornilladas sobre una superficie. Son las típicas que nos podemos encontrar en el interior de un armario de la habitación de un hotel.

Los cajetines de caudales: son las más pequeñas y menos seguras. Son de chapa, con un asa para transportarlas y una cerradura de llave de sierra.

Cajas con combinación mecánica: éste es el sistema más clásico de cajas fuertes y funcionan con una combinación numérica que seleccionaremos girando la ruedecilla; posteriormente abriremos los pasadores con la llave.

Cajas con combinación electrónica: este tipo de cierre nos permite elegir un código de apertura de entre unos 10.000 +/- millones de posibles combinaciones, dependiendo de si es una combinación de 4 a 10 cifras, con lo cual, un ladrón lo tendrá muy difícil para abrirla.

Escoger dónde colocarla
Antes de elegir la caja fuerte, debemos saber en qué lugar de nuestra vivienda o local la podremos colocar. Hemos de averiguar qué paredes son macizas y dónde tenemos pilares.

Empotrarla en un muro: el sitio más común es en una pared maestra como las perimetrales ya que son las más fuertes y profundas para que se pueda albergar la caja en su interior (mínimo 10 cm. superior a la profundidad del receptáculo).
Empotrarla en un pilar: otra opción es fijarla en el recubrimiento de un pilar y, en el caso que nos encontremos con el pilar de hierro, podremos soldar la caja a ella con unas pletinas de hierro para impedir su sustracción.
Empotrar la caja
Primero, tomaremos las medidas del frontal de la caja, añadiéndole 5 cm. en cada lateral, 10 cm. en la base y 15 cm. en la parte superior y las traspasaremos a la pared con un nivel de burbujas. Cuando tenemos decidido el lugar donde queremos colocarla, comprobaremos que la profundidad de la pared sea la apropiada para la caja. Para ello haremos un taladro en la pared con una broca de widia de una largada superior a la profundidad de la caja.

Con una maza y un cincel iremos siguiendo las marcas de lápiz y abriendo el agujero de la pared. Como ayuda podemos ir haciendo perforaciones con el taladro para ir rompiendo y debilitando la pared. Cuando tengamos abierto el hueco, hemos de hacer una buena base donde se apoyará la caja. Para ello utilizaremos unos ladrillos tipo rasillón de unas medidas de 40 x 20 cm. aproximadamente, que también colocaremos en las paredes.

Con las medidas justas del agujero iremos cortando y adaptando los ladrillos. Lo haremos dando unos golpes secos sobre la línea marcada con la paleta de canto. Cuando ya estén cortados a la justa medida, los iremos pegando con yeso. Empezaremos por el suelo y continuaremos con las paredes.

Dejaremos secar el yeso y colocaremos un plástico o un aislante de aluminio en el interior del agujero y que sobresalga por el frontal con el fin de proteger la caja de los productos que utilizaremos durante su fijación. A continuación, insertaremos la caja en el agujero con unas cuñas en su base y colocaremos el nivel de burbujas en su parte superior. Iremos ajustando las cuñas hasta que la caja nos quede totalmente plana y totalmente enrasada con la pared.

Fijar la caja y acabado final
En una cubeta pastaremos el hormigón: las proporciones son una parte de cemento, tres de arena de río y seis de grava, que mezclaremos a medida que vamos añadiendo agua poco a poco. Iremos echando la pasta por el hueco que tengamos alrededor de la caja, empezando por la parte superior y desplazándolo por los laterales. Con la ayuda de un listón iremos empujando y compactando el hormigón hacia el fondo.

Para más seguridad, podemos colocar unas varillas de acero de unos 10 ó 12 mm. de diámetro antes de aplicar el hormigón. Para que queden bien fijadas, haremos unos orificios en los ladrillos laterales donde alojaremos los extremos de las varillas.

Al cabo de 48 horas el hormigón ya estará completamente seco y endurecido, entonces pastaremos yeso negro y lo aplicaremos con una llana por todo el perímetro de la caja. Cuando éste se haya secado procederemos de la misma manera, pero con yeso blanco. Una vez seco, podremos pintar la pared del color deseado y, si queremos, tapar la caja con algún mueble decorativo.

Construye tu propia ducha "radiante"

Si crees que estás preparado para enfrentarte a cualquier trabajo de albañilería, te proponemos un reto: construye tu propia ducha de obra y convierte tu baño en el orgullo de la casa. Siguiendo nuestros consejos y una seria de instrucciones, lograrás levantar una ducha con los materiales y sistemas más modernos. Obtendrás grandes resultados, innovadores, originales y de calidad.

Para nuestro fin, contaremos con la ayuda de Termogres, que nos guiará en la construcción de una ducha de obra radiante con un innovador sistema de impermeabilización: Platospacio. Este nuevo concepto de ducha que nos llega desde Reino Unido nos ofrece una estancia más agradable, cómoda e higiénica, ya que al secarse rápidamente, se evitarán las humedades y los posibles olores derivados del sudor, champú, etc. Supone también un avance en seguridad pues evitarás posibles caídas y resbalones.

Materiales

Cinta impermeabilizante

Para la impermeabilización perimetral utilizaremos DIBA, una cinta que se aplica con cemento cola. Los azulejos podrán colocarse sin esperar a que ésta seque. Esta cinta es una eficiente barrera para el agua, resistente al vapor y, por tanto, ideal para saunas. Está compuesta por fuertes fibras que son resistentes al moho, productos químicos e incluso a la desestabilización de los rayos UV.

Plato de ducha

Opta por aquellos construidos con poliestireno hidrófugo de alta densidad. Sus caídas diagonales (1,8%) se pueden agrandar y recortar. Los colocaremos con cemento cola o mortero. Con sólo impermeabilizar su junta perimetral, ya está listo para alicatar.

Desagüe

Contiene un bote sinfónico. Se enrosca de manera totalmente estanca al collarín que viene preconstruido en el plato

Nos ponemos manos a la obra

Platospacio se instala directamente en el suelo con mortero o con cemento cola. Su bote sifónico (de gran capacidad de evacuación) es, además, desmontable sin herramientas, de manera que su limpieza a largo plazo nos resultará muy sencilla.

Podemos extender el plato tanto como queramos, es muy sencillo con el panel hidrófugo Dukkaboard.

Luego montamos las paredes de la ducha, en este caso, con paneles curvos Dukkaboard.

Una vez montada la estructura pasamos a darle estaqueidad mediante la cinta impermeabilizante.

Cuando esté impermeabilizado, instalaremos Thermonet. Éste es un ejemplo de suelo radiante eléctrico para una ducha de obra, con dos aislamientos de teflón y, entre ellos, un mallazo de acero con toma a tierra continua (totalmente seguro incluso bajo el agua).

Después procedemos al solado, preferentemente utilizaremos mármol envejecido en 10 x 10. En este caso se trata de travertino Olivillo, tanto por sus cualidades estéticas como antideslizantes.

Finalmente, revestiremos la ducha. En el caso de paredes curvas como ésta, utilizaremos mosaicos enmallados.

Y aquí tenemos nuestra ducha radiante.

Cómo alicatar suelos

Una de las tareas fundamentales en albañilería es el alicatado. Aunque es frecuente recurrir a los servicios de un profesional para poner azulejos en cocinas o cuartos de baño, los más osados pueden ahorrarse sus honorarios si se animan a ponerse ellos mismos manos a la obra. Para este trabajo necesitarás unas herramientas muy específicas y seguir los pasos detenidamente. Sin duda, se trata de un reto complicado, pero a la vez enriquecedor y gratificante para los amantes del bricolaje.

Herramientas necesarias

El cortador de baldosas.
Las tenazas 'Boca de loro'.
El nivel de burbujas y regla.
La plomada y cordel.
El mazo de goma.
La llana dentada y la paleta de albañil.
La llana de goma.
La amoladora.
Tubo de silicona y pistola aplicadora.
Las protecciones.
Preparación del suelo
Primero hemos de verter el mortero. El suelo debe ser una superficie lisa, seca, sin polvo y totalmente sólida. Empezaremos con una capa de escombros y grava (15 cm.), a continuación, echaremos el hormigón y, finalmente, una capa de mortero de unos 2 cm.

Las baldosas también las podemos colocar sobre un pavimento viejo (adaptando si es necesario la altura de las puertas). Empezaremos quitando la moqueta y las baldosas de linóleo o vinilo. Utilizaremos un producto con el disolvente apropiado para eliminar la cola vieja y rascaremos bien los restos hasta que quede totalmente limpio y liso.

La superficie ha de ser totalmente lisa y regular. Para alisarla, debemos eliminar las pequeñas diferencias de nivel tapando los agujeros y suprimiendo los filos con el martillo y el cincel. Para ello utilizaremos un mortero autoalisante, pero teniendo en cuenta que la altura del suelo nos incrementará 1 mm.

Por su parte, un suelo de parqué o entablado de madera es un perfecto soporte para alicatar sobre él. La única condición es que el mortero nivelante no lo podremos aplicar directamente ya que la adherencia de la madera es muy reducida y hay riesgos de deformación. Debemos empezar sacando los clavos que sobresalgan o hundiéndolos totalmente en la madera y tapando los agujeros. Procederemos a su limpieza y desengrase con tricloroetileno.

Si tiene humedad el suelo y queremos saber las causas, colocaremos una hoja de plástico encima del mismo. Si nos aparece vaho sobre el plástico quiere decir que hay condensación. Si, por el contrario, nos aparece en la parte inferior del plástico, quiere decir que el suelo no es totalmente impermeable y se producen subidas de humedad. En éste caso lo cubriremos con una hoja de polietileno.

Colocación de las baldosas
Por cuestiones estéticas, la fila de baldosas que vemos cuando abrimos la puerta debe estar entera. Para ello trazaremos el eje: una línea perpendicular a la pared de la puerta sobre la que colocaremos las baldosas. Dejaremos una anchura de juntas de 5 mm. para las baldosas de 10 x 10 cm, 7 mm. para las de 15 x 15 cm y hasta 20 mm. para las de 30 x 30 cm.

A partir de esta línea dibujaremos otra perpendicular. Si una de las paredes es paralela a esta línea, empezaremos desde el ángulo formado. En el caso que las paredes no sean paralelas, trazaremos un segundo eje en medio de la habitación y encima de una junta. Ésa será la línea por donde empezaremos. Si la estancia mide más de 12 m², preveeremos una junta de dilatación alrededor de la habitación de 5 mm.

Una vez vertido todo el mortero sobre la superficie a embaldosar, lo dejaremos lo más plano posible con la regla metálica y colocaremos las baldosas antes de que se seque. Un buen truco para que las baldosas queden fuertemente pegadas es esparcir un poco de cemento en polvo sobre el mortero cuando está húmedo, justo antes de poner las baldosas.

Otra opción es pegar las baldosas, pero sólo si el suelo está completamente plano. Procederemos extendiendo la cola con una espátula dentada e iremos pegando las baldosas por superficies de 1 m². Las colocaremos tomando las medidas de la misma manera anteriormente explicada.

El acabado
Es el momento de cortar las baldosas. En el caso que utilicemos piezas de terracota, las cortaremos con una amoladora en vez del cortador de baldosas. Marcaremos por donde cortar y las sujetaremos bien con un sargento al banco de trabajo. Utilizaremos un disco apropiado para este material.

Una vez el mortero o la cola estén totalmente secos, de 12 a 24 horas, pasaremos al rejuntado. Las juntas mantendrán las baldosas en su sitio y absorberán las posibles deformaciones de la superficie. Extenderemos la lechada tapajuntas sobre el suelo y la distribuiremos con la llana de goma.

Pasadas dos horas extenderemos un poco de serrín y frotaremos con un cepillo para acelerar el proceso de endurecimiento de las juntas. Para limpiar los restos de cemento que cubren las baldosas frotaremos con un trapo húmedo.

En entablados de madera, primero aplicaremos un revestimiento adherente impermeabilizante con un rodillo (número 1, en la imagen), al cual graparemos una malla de fibra de vidrio (2). Terminaremos con un revestimiento autoalisante (3). Ahora el suelo ya esta preparado para proceder de la forma antes descrita.

Cómo alicatar las paredes

Una de las tareas fundamentales en albañilería es el alicatado. Aunque es frecuente recurrir a los servicios de un profesional para poner azulejos en cocinas o cuartos de baño, los más osados pueden ahorrarse sus honorarios si se animan a ponerse ellos mismos manos a la obra. Para este trabajo necesitarás unas herramientas muy específicas y seguir los pasos detenidamente. Sin duda, se trata de un reto complicado, pero a la vez enriquecedor y gratificante para los amantes del bricolaje.

Herramientas necesarias

El cortador de baldosas.
Las tenazas "boca de loro".
El nivel de burbujas y regla.
La plomada y cordel.
El mazo de goma.
La llana dentada y la paleta de albañil.
La llana de goma.
La amoladora.
Tubo de silicona y pistola aplicadora.
Las protecciones.
Preparación de las paredes
Antes de nada, igualaremos la superficie cubriendo los agujeros y las fisuras con una masilla tapaporos elástica. En el caso de que haya restos sueltos, los eliminaremos con un raspador triangular antes de aplicar la masilla. Una vez ésta se haya secado, lijaremos la superficie para dejarla totalmente lisa. Cuando se trata de una pared con papel pintado, no se puede alicatar sin antes haber arrancado el papel, ya que los azulejos pesan demasiado y podrían arrancarlo. Para despegarlo fácilmente utilizaremos vapor.



Sobre las paredes pintadas tampoco podremos alicatar directamente, antes las debemos desengrasar. A continuación las lijaremos con un papel de lija grueso, eliminando cualquier resto suelto para mejorar la adherencia. Las superficies muy porosas (yeso, ladrillos, cemento u hormigón) las tendremos que tratar previamente con una imprimación especial para evitar que absorba la humedad de la cola, ya que, de lo contrario, la adherencia sería menor.

En el caso de paredes húmedas, lo primero es localizar el origen (goteras de una tubería, humedad que suba por capilaridad, etc) para solventar el problema con el producto apropiado. En caso contrario, la humedad volverá a aparecer con el tiempo, dañando nuestro trabajo.

Comenzar a alicatar
Empezaremos trazando una línea vertical en medio de la pared con un cordel y una plomada. Nunca debemos empezar desde un rincón ya que las paredes no suelen formar un ángulo recto. En los rincones y uniones con otras paredes colocaremos azulejos cortados, ahí el corte será menos visible. Al cortarlos, desaprovecharemos muchos azulejos, así que compraremos siempre un 10% más de los que en principio necesitemos.

Para distribuir los azulejos, primero dibujaremos un plano para calcular cuántos utilizaremos, los que cortaremos para prever la colocación simétrica alrededor de las aberturas. Igualmente decidiremos la separación entre las juntas que puede ser de 2 mm. a 5 mm, incluso 8 mm. para los azulejos de 15 x 15 cm. Para la adhesión, actualmente se utiliza cola impermeable. La aplicaremos con una espátula dentada haciendo pasadas horizontales. La cola puede ser cemento-cola, pasta adhesiva o cola funguicida para los lugares húmedos.

El primer azulejo lo colocaremos siguiendo la plomada y en la parte inferior de la pared, apoyado sobre una encimera, el borde de la bañera o sobre un listón de madera provisional. Pero siempre dejaremos una pequeña separación con unas piezas de plástico cruciformes para posibles movimientos.

A medida que vayamos ubicando los azulejos, también colocaremos las piezas de plástico cruciformes en los ángulos superiores para que todas las juntas tengan la misma separación. Con una regla de aluminio iremos comprobando que vayan quedando totalmente planas contra la pared y, en caso contrario, les daremos unos ligeros golpes con un mazo de goma.

Los acabados
En los lugares como las esquinas y rincones, donde tengamos que colocar parte de un azulejo, lo cortaremos previamente con un cortador específico a la medida necesaria. Marcaremos con un lápiz el corte y pasaremos la cuchilla del cortador. Bajando el mango, partiremos el azulejo o, en su defecto, lo apoyaremos en un ángulo y le daremos un ligero golpe por detrás.

Si hemos de realizar una abertura en el borde de un azulejo, primero de todo marcaremos con un punzón la línea de corte y seguidamente cortaremos trocitos con las tenazas de boca de loro. Una vez cortado, puliremos los bordes con la lima.

Para hacer una abertura en medio de un azulejo, por ejemplo una tubería, primero marcaremos el contorno y luego haremos sucesivos agujeros dentro de éste círculo con el taladro (pero a bajas revoluciones y sin el percutor). Para despegar esta zona le daremos unos golpecitos, igualaremos los bordes con las tenazas y lo limaremos.

Una vez terminado el trabajo y la pared seca (necesita un día), aplicaremos el tapajuntas, que puede ser blanco o del color de los azulejos. Sobre ellos lo extenderemos usando una llana de goma y, cuando empiece a secarse, limpiaremos las zonas superfluas con un trapo o una esponja.

En las uniones con bañeras, platos de duchas o encimeras, aplicaremos una junta de silicona fungicida. El acabado final lo conseguiremos mojándonos el dedo con agua jabonosa y pasándolo por encima de la tira de silicona.

Cómo instalar un extractor de humos

Aunque las ventanas de las cocinas sean amplias y numerosas, el incómodo humo que brota de guisos y fritos puede inundar tu hogar de un penetrante aroma, además de desgastar los muebles por el efecto de las grasas. Por eso, la solución más efectiva y práctica es colocar un extractor. A continuación, te explicamos los pasos que debes seguir para hacerlo tú mismo y conseguir un resultado impecable.

Antes de nada, deberemos elegir el modelo que más se adecue a nuestros gustos y necesidades. Podemos encontrar extractores plegables, con detector de presencia, fijos o conectados al exterior por una tubería, entre otros. Un aspecto muy importante que tendremos que valorar es la dimensión de la estancia, ya que las prestaciones de un extractor u otro varían mucho según su tamaño.

Cuando nos hayamos decidido por el artículo que vamos a adquirir, es necesario saber el soporte sobre el que vamos a instalarlo: muros, cristal o directamente en el conducto de salida. Nosotros hemos elegido esta última opción y procedemos a explicaros cómo colocarlo.

Las herramientas necesarias
Es muy importante, como en cualquier labor de bricolaje, disponer de unos aparejos aptos para que nuestra tarea se realice de la mejor forma posible. En este caso, necesitaremos:

Taladro,
destornillador,
lápiz,
metro,
tacos,
tornillos,
canaleta y
broca de widia.
Un extractor a tu medida
Cada estancia es un mundo, y por ello, cada extractor también. Determinar el caudal de aire que necesitamos es una tarea que deberás realizar indispensablemente.

El caudal de aire será, aproximadamente, 8 veces por hora el del total de la habitación, pero hemos de tener en cuenta que, por ejemplo, no es lo mismo una casa en la que el uso de la cocina es frecuente que otra en la que prácticamente no se emplea, o que un sótano, donde la humedad es elevada.

Además, es aconsejable tener presentes otros factores importantes. Por ejemplo, que se debe colocar justo en el lado opuesto a la puerta de la habitación, que no esté justo encima de los radiadores, para no desperdiciar el calor que éstos desprenden, o que en el cuarto de baño no se recomienda situarlos sobre la ducha o bañera.

Directamente a los conductos
Su empleo más habitual tiene lugar en los cuartos de baño que no cuentan con ventanas. El extractor se acopla a la rejilla de salida; de esta manera, el tamaño de nuestro modelo debe ser el mismo que el de la rejilla.

Lo primero es, con ayuda de un destornillador, desprendernos de la rejilla y, una vez desmontado el extractor, introducir el tubo de salida dentro del conducto. Lo sujetaremos por medio de los tacos que se colocan en los agujeros destinados al efecto.

El fabricante te guiará sobre cómo realizar la conexión, teniendo en cuenta que la alimentación debe proceder de la fuente de electricidad que se encuentre más cercana. La forma de unir el cable y el extractor será por medio de una canaleta ajustada con tacos o, incluso, pegada con silicona.

Normas de mantenimiento
Los extractores no demandan ningunas atenciones especiales, bastará con limpiar el polvo de la rejilla con un paño húmedo de forma regular. El filtro lo cambiaremos una vez al año. Para prolongar la vida de este aparato, asegúrate de que realmente lo usas de un modo eficiente: con ventanas abiertas y corrientes de aire es difícil canalizar los humos en una sola dirección.

Por otro lado, se recomienda instalar en tu extractor un temporizador, que lo mantendrá en funcionamiento hasta que se haya renovado por completo el aire.

Colocar barras y rieles para cortinas

La decoración del hogar otorga una importancia fundamental a los textiles. Las tapicerías muestran uno de los aspectos decorativos de sofás y sillas, y las ventanas se visten con cortinas y visillos de muy diferentes motivos. El problema es que, en ocasiones, no sabemos cómo colocarlos correctamente. Sin embargo, tan solo se necesitan ciertos materiales y conocimientos básicos para llevar a cabo esta tarea.

Existen diversas formas de sujeción, en función del tipo de tela así como del lugar donde se situará y de la decoración general de la estancia. Asimismo, este elemento decorativo se complementa con la inmensa variedad de barras que encontramos en el mercado.

Elegir el modelo
Los mecanismos para la instalación son tres:

Barras decorativas: optaremos por esta solución si, además del textil, deseamos que la sujeción colabore en la estética del conjunto. Los materiales que encontramos son variados, desde diferentes tipos y tonos de madera hasta metales como el hierro, de diversos colores. En el extremo encontramos un remate decorativo, como el de estos dos modelos en forja y madera que presenta Cintacor. La cortina se une a unas anillas que se introducen en la barra.

Rieles: son lo más acertado para estancias como el baño, donde lo que se busca es la funcionalidad. En este caso, sólo veremos el visillo, que se colgará mediante ganchos y que se moverá mediante una cuerda.

Portavisillos: de pequeño diámetro, adecuados para colgar telas pequeñas. Una buena idea, también apta para cortinas de mayor tamaño, son las barras de cable.

Las medidas: el primer paso
En primer lugar, hemos de saber que las barras y rieles pueden fijarse tanto en la misma pared de la ventana, como en las laterales o en el techo. Las medidas las tomaremos de la siguiente forma:

Si las cortinas se retiran a ambos lados para su apertura, mediremos el ancho de la ventana, así como los espacios laterales que ocupan recogidas. La suma de ambas cifras nos dará las dimensiones de la barra, como se muestra en las figuras A y B.


Si se recogen a un lateral, hemos de medir igualmente la anchura de la ventana, el espacio lateral para la tela y una superficie suficiente en el otro lado del vidrio para que las cortinas lo cubran por completo cuando estén corridas. Lo vemos en las figuras C y D.

La distancia entre la barra y la ventana será de unos 10 ó 15 cm.
Cómo colocarlos
Los materiales que necesitamos para ponernos manos a la obra son: máquina de taladrar con brocas, metro y nivel, martillo, destornillador, rieles o barras, anillas, tacos y tornillos.

Señalamos una línea recta, con ayuda del nivel y el metro, a la altura a la que deseamos colocar el sistema de sujeción. Situamos los soportes y marcamos los puntos de fijación, cuyos extremos han de estar a la misma distancia del marco de la ventana. Taladramos, introducimos los tacos y atornillamos los soportes. Situamos la barra encima de éstos, bien centrada. Los rieles se instalan de la misma forma.

Si se realiza en la pared lateral o en el techo, hemos de tener en cuenta que el sistema de apoyo ha de estar situado al menos a 10 cm. de la pared. En cualquier caso, no olvidaremos que las dimensiones de tacos y tornillos variarán según el peso del mecanismo y de las telas.

Además, si el tejido es muy pesado o mide más de dos metros de ancho, conviene situar otro punto de apoyo en el centro. Finalmente, colgaremos la cortina. Para que el resultado sea perfecto, conviene que las anillas se sitúen cada 10 cm. de tela.

Cambia las juntas de los azulejos

La pintura suele ser el material que recubre las paredes de toda la casa, sin embargo, las de cocinas y baños, son la excepción, ya que están cubiertas de azulejos. En ellos se acumula suciedad y, aunque los limpiemos a conciencia de forma habitual, con el paso del tiempo, las juntas se van deteriorando. La cocina adquiere entonces un aspecto más descuidado y envejecido.

Es el momento de llevar a cabo una pequeña reforma en dos de las estancias más importantes y utilizadas del hogar. Aunque podemos recurrir a profesionales, nos ahorraremos la espera si nos ponemos manos a la obra.

Cambiar esta pasta que se ubica entre azulejo y azulejo es muy sencillo, y además, nos puede servir también para dar un cambio de aire a la estancia, aplicando colores frescos y atrevidos. Será una tarea que realizaremos en poco tiempo y con materiales básicos.

PASO 1 No son necesarios ni una gran obra ni amplios conocimientos de albañilería. Tan sólo necesitamos una llana de goma o una brocha, un rascador, pasta de rejuntado, una esponja y esparto

Cambiar la bañera por una ducha

Las necesidades de los hogares cambian a medida que también lo hacen sus inquilinos. Lo que en un principio parecía una buena idea, con el tiempo, puede no serlo tanto. Es el caso de las bañeras de obra: muchas personas optan por sustituirlas por un plato de ducha, ya sea por comodidad, ahorro de agua, o simplemente, para ganar espacio en el cuarto de baño. Antes de planteártelo, deberás saber que te enfrentas a una pequeña reforma con algunas dificultades. ¿Quieres conocer cuáles son las ventajas y los inconvenientes?

Parecen obvios los beneficios de instalar una ducha en casa: su comodidad es más que evidente, ganando puntos si tenemos en casa a personas con movilidad reducida, que suelen tener más dificultades para entrar en una bañera. Además, una ducha es más 'ecológica' que un baño, porque en este último se desperdicia mucha agua.

Por otro lado, para acometer esta obra hemos de contar con profesionales, a no ser que seamos 'manitas' muy expertos. Cambiar la bañera por la ducha puede llegar a costar 2.000 euros, dependiendo de los materiales. Una reforma total del cuarto de baño puede ascender a los 6.000 €.

Trabajos de albañilería
Para retirar la bañera, hemos de picar y desescombrar. Por otra parte, al hacer una ducha de obra, hemos de conseguir un revestimiento similar al que tenemos en el cuarto de baño, o parecido, para que no exista demasiado contraste entre lo nuevo y lo antiguo. A los materiales (generalmente baldosas cerámicas), hemos de sumar la mano de obra: debes alicatar las superficies.

Levantar un murete o cerrar parte del hueco con un tabique de pavés son soluciones muy elegantes para cerrar el hueco de la ducha, aunque implican también trabajos de albañilería. El vano que queda se puede completar con una mampara y una puerta batiente, evitando así que salpique demasiado el agua. Ambos trabajos pueden costarnos entre 600 y 900 €.

Fontanería y aislamientos
Obligado es, asimismo, adaptar el desagüe y las tomas de agua de la bañera a la ducha. Por cierto, ya que vas a ponerte con la instalación, siempre puedes cambiar las tuberías viejas de plomo, por otras más resistentes, como las de cobre, o de mejor calidad y menos contaminantes, como las de polipropileno.

Asimismo, no te olvides de instalar planchas aislantes para evitar humedades en las paredes. Suelen ofrecer buen resultado los aislamientos de fibras minerales, como la de vidrio. Después habrá que cubrir con mortero y el alicatado.

Alternativas de decoración

Ducha de obra a nivel del suelo: una opción perfecta para la imagen del baño y para la comodidad, ya que nos ahorramos el escalón, pero que requiere ciertas precauciones. Aquí no existe el plato de ducha, así que tendremos que instalar un solado antideslizante en el suelo y con cierta inclinación hacia el sumidero, ya que así evitamos que el agua se quede estancada.
Murete o pavés: si elegimos el plato de ducha, podemos recurrir a dos opciones muy decorativas. Una de las alternativas es cubrir la mitad del hueco de la ducha con un tabique de pavés del techo al suelo, que ofrece luminosidad y amplitud al espacio; la otra es dejar un murete a media altura y cubrir con mampara hasta el techo.

Ventanas

Cuál elegir
La elección de una ventana u otra debe supeditarse principalmente al clima de la zona. Tanto los materiales con que están hechas como el sistema de apertura, dependen de las necesidades funcionales de cada uno. Tener en cuenta las condiciones climáticas prolongará considerablemente su vida.

Accesorios
Dependiendo del sistema de apertura de la ventana, ésta incorporará unos accesorios u otros. Hay diferentes manillas para las ventanas batientes y practicables; sistemas de seguridad para evitar aperturas accidentales; pivotes de frenado para mantener fija una ventana batiente, sistemas de cierre para ventanas correderas, etc.

De qué materiales están hechas
-Aluminio: su principal característica es que resiste muy bien a la corrosión. Suele utilizarse en lugares de costa, con elevada humedad ambiental.
-Madera: como es normal, la madera resiste menos los cambios bruscos y continuos de temperatura y requiere muchos cuidados. Este tipo de ventanas son ideales para zonas templadas.
-PVC: muy resistentes y con gran poder aislante. Recomendado para zonas muy frías.
-Poliuretano: se trata de un excelente aislante térmico, que resiste perfectamente cambios extremos de temperatura. Es la ventana perfecta para el centro peninsular.

Qué tipos existen
- Practicables: pueden ser de una o dos hojas. Una manilla o tirador permite abrirlas totalmente.
- Correderas: las hojas circulan por unos carriles y sólo puede mantenerse abierto un lado cada vez.
- Basculantes: este tipo de ventanas se abren a partir de un eje horizontal situado en el eje de la ventana.
- Oscilo-batientes: se abate únicamente un extremo (el superior, el inferior, hacia dentro o hacia fuera), hasta una determinada distancia.
- Replegables: repliega las diferentes partes de la ventana o puerta.

La arquitectura condiciona
El lugar donde se va a colocar una ventana condiciona en gran medida el estilo de ésta, ya que, una ventana practicable puede que moleste al abrirla, mientras que una corredera o una basculante ahorran mucho espacio. Por otro lado, hay lugares en los que debe ir una gran superficie acristalada, pero no se pueden colocar ventanas correderas; en este caso, la mejor opción es una replegable o corrugable.

Preparación de la pared para alicatar

Preparación de la pared para alicatar

A la hora de poner azulejos nuevos lo primero que hay que hacer es preparar la base del alicatado: la pared. Es imprescindible que ésta se encuentre en buen estado porque, de lo contrario, el revestimiento acabará por desprenderse.

Para conseguirlo, lo primero es observar atentamente la superficie que se va a cubrir con los azulejos: todas las grietas, agujeros y desperfectos de la pared deben ser raspados con una espátula. Los desconchones y las zonas donde suene hueco también deben ser raspadas.

Las pequeñas grietas hay que subsanarlas también. Para ello tenemos que hacerlas más profundas con el fin de que el emplaste que apliquemos agarre bien y no se desprenda. Para ello, usaremos una espátula triangular para conseguirlo. El siguiente paso es cepillar las grietas con un cepillo empapelador, aunque puede servir también una escoba o un cepillo común que esté bien limpio.

Para rellenar los huecos, aplicaremos aguaplast o aparejo sintético. El aguaplast es mucho más barato que el aparejo, pero éste es mucho más adhesivo y duradero. Para alisar el aparejo hay que utilizar una espátula, utilizándola con una inclinación respecto a la pared de 45 grados.

Los pegotes que se formen al aplicar el producto deben retirarse nada más formarse y a continuación, para asegurarse de que quede lisa la superficie, pasaremos la espátula sobre el borde del ancho de la hoja. Si hay alguna irregularidad el alicatado no quedará liso, así que hay que conseguir que la pared esté totalmente homogénea.

Los agujeros muy grandes deberían cubrirse con una llana en vez de con una espátula.

Cómo taladrar correctamente el metal

Lo primero a la hora de realizar un taladro sobre una superficie metálica es seleccionar perfectamente las herramientas con las que vamos a trabajar. Es importante disponer de una taladradora eléctrica y acoplarle una broca adecuada al tipo de material y, por supuesto, con el diámetro para el que queremos realizar el agujero.

Cómo empezar
Sobre una superficie metálica es recomendable empezar marcando el emplazamiento exacto del agujero, que se debe hacer con un punzón. Habrá que colocar después la broca con mucha precisión para evitar que se deslice y pueda provocar un incidente.

No se debe nunca perforar una plancha metálica delgada sujetándola con la mano: la broca, al terminar el agujero, podría hacerla girar. Es recomendable situar la plancha entre dos trozos de contrachapado sujetos por un tornillo de banco o una cárcel de carpintero.

Realizar agujeros de gran diámetro
Si lo que se necesita hacer es un agujero de gran diámetro, es recomendable realizar un pre-agujero, de diámetro más pequeño, que guiará con precisión el paso de la broca más gorda. Si fuera necesario, se puede realizar en tres pasos, empezando por brocas de diámetro pequeño para acabar con la más grande.

Durante el proceso es importante lubricar la superficie de trabajo; esto puede hacerse con vaselina y se conseguirá enfriar el metal. También es recomendable no utilizar percusión para realizar los agujeros, tan sólo ejerciendo una leve presión se conseguirá una perforación perfecta. Esta presión debe disminuir cuando se vaya a terminar la perforación, de lo contrario el metal podría sufrir alguna deformación.

Taladrar tubos
Algo bastante habitual suele ser el taladro de tubos metálicos. Para ello es necesario utilizar un soporte para asegurar una perforación perfectamente vertical. Sujeta la pieza (protegida por cartones o trapos) en un tornillo de banco. Un truco para que no se deforme el tubo, si éste fuera hueco, es colocar en el interior una pieza de madera

Colocar una ventana

Tomar la decisión de cambiar una ventana no siempre resulta fácil. Nos atrevemos a asegurarte que llevar a cabo la operación es mucho más sencillo.

Qué hacer
Lo primero será desmontar la vieja ventana. Para ello habrá que destornillar los goznes empezando por el que se encuentra ubicado más abajo y así sucesivamente hasta llegar al superior. A continuación desmontar las hojas. El marco de la antigua ventana puede haber sido fijado en la pared de diferentes maneras. Para despejar las fijaciones, empieza por quitar, el marco y luego el yeso del encuadrado ayudándote de un martillo o una maza. Si estuviera fijado con tornillos y pasadores, el método más rápido consistirá en serrar éstos con una sierra de metales. Si se trata del marco de una ventana metálica se desmonta con un simple destornillador.

La colocación
Para obtener una buena estanqueidad, es preferible hacer renvalsos en la pared. Para hacerlo marca el ancho y la profundidad a lo largo de los laterales de la abertura, líneas verticales distantes entre sí del ancho del marco.
La profundidad de este rebajo irá en función del emplazamiento de la ventana, determinado este último por el tipo de apoyo y la naturaleza de la pared. Por último verifica los niveles, los aplomos y los ángulos rectos de las paredes internas de la abertura. También es importante controlar la horizontalidad del apoyo de ventana. Se puede realizar una vista previa colocando provisionalmente el nuevo marco.

Fijado del marco
Se pueden elegir dos buenas opciones:
- La primera de ellas puede ser la de las patas de sellado. Atorníllalas sobre el canto del
durmiente. Dobla las patas en un ángulo de 90° y séllalas con un cemento rápido o con un mortero especial. Esto te permitirá anclarlas sólidamente en la pared.
- La segunda es la fijación por tornillos y tuercas. Se pueden utilizar unos pasadores especiales. El tornillo ya está colocado dentro de la tuerca y se prolonga por una pieza cónica que se ensancha cuando se atornilla, y sujeta la ventana en su sitio.

Detalles
Independientemente del método utilizado, a continuación habrá que limpiar de polvo el vano y depositar una capa de masilla de albañilería, en el sitio donde se colocará la ventana.
Se recomienda colocar unas cuñas de madera sobre las cuales se asentará la ventana. Esto permitirá colocarla bien horizontalmente y dejar un espacio regular entre el marco y la pared.
Por último pon en su sitio la ventana. Cálzala, por cada lado con pasadores de madera (biselados). Verifica una buena colocación horizontal y vertical del durmiente, y finalmente vigila el buen funcionamiento de las hojas.

Cómo colocar losetas de vinilo

Es posible cambiar el suelo de una habitación y evitar al mismo tiempo tener que sacar escombro. ¿Cómo? Muy sencillo, colocando losetas de vinilo, uno de los mejores recursos cuando se pretende colocar un pavimento sobre otro ya existente.

Diferentes tipos de losetas
Puedes elegir entres diferentes tipos de suelos plásticos de vinilo. Hay losetas autoadhesivas, de montaje con cola e, incluso, pavimento en rollo, de iguales características, aunque, en este caso, puede resultar mucho más difícil de manejar por su gran volumen.

¿Qué materiales necesitas para comenzar a trabajar?
No son muchos los materiales o herramientas necesarias para colocar losetas de vinilo. En el caso de que sean de montaje con cola debes utilizar una escuadra de gran tamaño, una rasqueta, un metro, un cúter y, claro está, cola de montaje. Lo más probable es que en el lugar donde adquieras las losetas te aconsejen sobre el tipo de cola que tienes que utilizar.

Requisitos para una perfecta colocación
Por supuesto, a la hora de colocar este tipo de suelo debes tener muy en cuenta la superficie que va a quedar debajo.
1. Limpia muy bien el suelo. El polvo y la arenilla impiden que la loseta se pegue bien.
2. Conviene que el suelo esté muy liso. Cuanto menos faltas y bultos tenga, mejor acopladas quedarán las baldosas.
3. Cuando pongas las losetas, intenta que el radiador de la habitación esté apagado o que dé poco calor. Las temperaturas altas suelen afectar negativamente al resultado.

Pasos a seguir
Una vez limpia la habitación, haz lo siguiente:
1. Debes colocar la primera loseta en el centro de la habitación. Ayúdate de una escuadra, te permitirá colocarla en el lugar indicado, totalmente recta.
2. Marca en el suelo, con un lapicero, la forma de la baldosa.
3. Con una rasqueta, aplica la cola de montaje bien extendida y sitúa la loseta encima.
4. Continúa pegando losetas. Debes tener mucho cuidado de no dejar huecos entre ellas. También es importante que no queden burbujas al colocarlas y, por supuesto, nunca debes pisarlas, o corres el riesgo de recorrerlas o rebajarlas.
Cuando llegues a la pared, debes cortar la baldosa. Utiliza un cúter para ello. Eso sí, ten mucho cuidado y sé lo más preciso posible al medirlas

Sanear el suelo de cemento de un garaje

Renovar viejos pavimentos de cemento, como los del garaje o los del porche, es un trabajo muy sencillo: lo mejor es utilizar pintura. Los suelos de cemento, muy porosos, resultan ser el lugar ideal para el cúmulo de polvo, manchas de grasa y barro. La aplicación de una pintura especial puede dejarlos como nuevos, permitiendo además lavar la superficie.

Las pinturas
Los dos tipos más utilizados para estas reparaciones son las denominadas 'listas para el empleo' o las de 'dos componentes'. Dependiendo del fabricante, serán de resina, de poliuretano, acrílicas… Y, en cada caso, habrá que utilizar un disolvente específico.

La preparación
Para acondicionar previamente la superficie realiza el siguiente proceso:

Asegúrate de la buena adherencia de la pintura: el lugar debe estar perfectamente limpio y seco. Lávalo a fondo con agua y detergente normal.
Una vez seco, si aparecen manchas de grasa, es necesario frotar una por una con disolvente.
Si el cemento todavía tiene lechada, es importante limpiarlo con ácido clorhídrico diluido en agua.
Para tapar las posibles ranuras, se puede utilizar mortero de fraguado rápido, aplicándolo con una espátula, hasta que penetre bien el material.
Después pasa una esponja húmeda y deja secar un par de días antes de proceder al pintado, para que desaparezca la humedad por completo.
Una vez seca la superficie, se pueden eliminar las irregularidades con una lijadora.
Los pasos para pintar
Una vez limpia la superficie, pintarla será fácil y rápido. Haz lo siguiente:

Para comenzar a pintar, es importante leer las instrucciones del fabricante del producto.
Normalmente aconsejan añadir un poco de disolvente y esperar unos minutos para que la mezcla se vuelva homogénea.
Comienza pintando con una brocha ancha y creando una banda al borde de las paredes.
Continúa con el rodillo, utilizándolo con un mango telescópico. Avanza uniformemente por pequeñas zonas con bandas paralelas. Siempre desde el fondo del garaje hacia fuera.
Es importante verificar el tiempo de secado.
Una vez seco, aplica una segunda capa.
Antes de utilizar la superficie, es recomendable esperar al menos 36 horas.

Pequeñas reformas para revitalizar tu casa

El verano es un momento perfecto para acometer pequeñas reformas en el hogar, aprovechando que disponemos de mayor tiempo libre. ¿Necesita tu vivienda una limpieza general?, ¿ quizá hace falta aislar paredes y techos?... ¿o simplemente una mano de pintura que revitalice su aspecto general? Sea cual sea tu caso, te damos algunas ideas para darle un aire nuevo a tu casa.

Es innegable que, para conseguir mantener temperaturas estables dentro de la casa, necesitamos un buen aislamiento en techo, paredes y suelos. Las paredes, por ejemplo, se pueden aislar con ladrillos huecos, hormigón, estuco sintético o aislamiento de vertido. Este último es la mejor opción para las paredes acabadas y se instala vertiendo el líquido por los espacios que quedan entre las vigas del techo o bien por soplado con un equipo especial.

Por su parte, el ladrillo hueco fundamenta su eficacia en el grosor de la pared, que se ve incrementado para evitar que las temperaturas extremas se cuelen en la vivienda. Por otro lado, los inmuebles con paredes de hormigón tendrán que añadir perlita como aislante, ya que el hormigón absorbe el calor. Por último, el estuco sintético es un sistema innovador compuesto por diversas capas aislantes, especialmente útil para resguardar la casa de corrientes de aire.

Suelos y techos
El techo es uno de los lugares por donde más se escapa el calor del hogar. Existen láminas de distintos materiales (fibra de vidrio, fibra mineral) que permiten aislar la vivienda no sólo del clima exterior, sino también de los ruidos. Muchas veces, en el caso de lugares cálidos, se recurre a pinturas aislantes, que rechazan la luz.

Para el suelo, los mejores sistemas son las láminas flexibles de vidrio o las capas de aislamiento reflector de diversos componentes. Por último, no olvides reforzar con aislante los zócalos y juntas de puertas y ventanas, aunque en este último caso es buen método recurrir al doble acristalamiento, que no sólo mantiene la temperatura de la casa, sino que protege de los ruidos.

Pintar la casa
La primera cuestión a la hora de pintar es decidir si contratamos a un profesional o si lo hacemos nosotros mismos. El ahorro puede alcanzar hasta un 70% si nos animamos a pintar nosotros, aunque también hay que pensar en el esfuerzo y en el gasto de tiempo que esta tarea supondrá.

Si al final nos decidimos a pintar, tendremos que decidir el tipo de pintura y el color. Siempre elegiremos tonos ligeramente más claros de los que queremos, ya que normalmente las cartas de colores suelen parecer más suaves de lo que son en realidad. Pintaremos en el siguiente orden: techo, paredes, cercos, marcos y zócalos.

Para las paredes y los techos lo mejor es la pintura plástica, ya que se seca rápidamente y es lavable. Haz cálculos para comprar la pintura: con un litro cubriremos 20 metros cuadrados. Para los marcos de ventanas y puertas, optaremos por esmaltes sintéticos. En las tiendas nos pueden asesorar en este sentido.

Un lavado de cara
Son muchas las personas que aprovechan las vacaciones para hacer limpieza general en casa. Uno de los lugares donde tendremos que ser más enérgicos es la cocina, una estancia que se ensucia mucho durante el año. Es fundamental vaciar el frigorífico para limpiarlo: utiliza una mezcla de bicarbonato y agua para el congelador y jabón para el resto. Aprovecha para organizar después los alimentos dentro de la nevera de un modo racional y pon un pequeño cuenco con bicarbonato para evitar los malos olores.

Es también buen momento éste para abrillantar la batería de cocina con soluciones de bicarbonato y agua caliente. También con esta mezcla podemos quitar las manchas de grasa acumuladas en los azulejos de las paredes y el suelo. No olvides usar desengrasantes en el horno, los fuegos y el microondas.

Es momento de ponerse con el cuarto de baño: lavaremos las cortinillas de la bañera o la ducha, desinfectando bien. En el caso de que sea mampara, la descolgaremos con cuidado, frotaremos con jabón las manchas de suciedad, las dejaremos reposar en agua con jabón y secaremos bien para después volverlas a instalar. También es efectivo sustituir el jabón por soluciones de agua tibia con bicarbonato.

A continuación, incidiremos sobre los sanitarios y desinfectaremos alfombrillas, escobillas y armarios. Deja caer un poco de bicarbonato por los sumideros para quitar los residuos de las tuberías. Repasa, tanto en la cerámica del baño como en la de la cocina, la lechada que separa cada azulejo con un poco de pintura blanca especial (baldosinín) o con otros productos especiales.

Salón y dormitorios
En el caso del resto de estancias de la vivienda, tendremos que retirar y lavar todos los textiles de la casa: tapicerías desenfundables, mantelerías, ropa de cama, colchas, alfombras y cortinas. El buen tiempo nos permite lavar y secar rápidamente para poder reinstalarlas cuanto antes. En el caso de las alfombras, esperaremos a que llegue el frío.

Aprovecha para vaciar mesas, armarios y estantes, y limpiar en profundidad, eliminando el polvo de los lugares más escondidos, primero con productos especiales para muebles y una gamuza y luego con un paño seco de algodón. Utiliza productos reparadores de madera en muebles y suelos de parqué o tarima. También limpia las lámparas y sustituye las bombillas convencionales por otras de bajo consumo.

Limpiar las ventanas puede ser una tarea bastante tediosa y es posible que nos ocupe casi un día entero, dependiendo de las dimensiones de la vivienda. Ármate con un trozo de tela de algodón y un producto limpiador de cristales, y elimina las manchas a conciencia. Las más difíciles se pueden eliminar con una pasta fina elaborada con agua y bicarbonato. Hay quien dice que el papel de periódico consigue resultados magníficos a la hora de limpiar ventanas. No te olvides de humedecerlo con agua y jabón antes de frotar.

Instala un respiradero en el techo

Los respiradores de techo sirven para disminuir la temperatura y la humedad en el ático. La instalación adecuada de este sistema te puede ayudar a ahorrar electricidad en el verano y a prevenir el moho y la putrefacción de la madera. Fíjate en los materiales que necesitarás y en cómo hacer la instalación de los sofitos y los respiraderos de techo o salidas.

Tony Intagliata, representante de la tienda de Home Depot en Nueva York, define el sistema de respiradores de techo como "la circulación de aire que consiste en su entrada por el sofito atravesando el deflector o conducto hasta el tope del ático, saliendo por el respirador de techo". "El deflector es necesario para conducir el aire" añade Intagliata.

Materiales necesarios
Los materiales que debes usar para la instalación del sistema de respiradero de ático son:

Martillo.
Sierra alternativa.
Taladro con brocas.
Cuchillo para techos.
Sierra de vaivén.
Respiraderos para techo.
Respiraderos para sofito.
Cemento para techo.
Para saber cuántos centímetros de respiraderos debes colocar, usa esta medida: 30 cm² de respiradero sin obstrucciones por 900 cm³ de espacio libre en el ático. Por cada respirador de sofito, debes tener un respirador de techo.

Cómo se instala el sofito

Dentro del ático, localiza y marca con un taladro el espacio del respiradero de sofito.
Desde el exterior de la casa, usando una escalera alta estable, esboza el respiradero del sofito y corta las aberturas del respiradero con una sierra de vaivén. Recuerda dejar un espacio de unos 10 cm. en las esquinas del esbozo para sujetar la cubierta del sofito.
Instala el respiradero de sofito desde afuera y sujétalo con tornillos de acero inoxidable o galvanizados para madera.
Cómo se instala el respiradero de techo o salida

Con un clavo marca el centro del respiradero de techo dentro del ático, en la parte más alta del techo. Dibuja un diámetro equivalente a la abertura del respiradero de techo.
En el exterior quita solamente las tejas del borde del respiradero a cortar. Usa una sierra alternativa para cortar el agujero.
Aplica cemento al reborde de la base del respiradero y céntralo en el agujero.
Clava los bordes del respiradero. Cubre los clavos y las orillas del respiradero con cemento.
Vuelve a colocar las tejas de alrededor.

Distintas formas de revocar una pared

Los revocos con textura o pulidos son una buena idea si quieres que las paredes de cualquier habitación de tu casa sean mucho más originales. Además, apenas te darán un poco más de trabajo que simplemente pintarlas. Los productos se venden ya mezclados, y se aplican con herramientas sencillas.

Lo que debes saber
- Los revocos son adecuados para su aplicación en superficies planas de cualquier naturaleza, como cal, cemento, yeso, placas de cartón de yeso, tableros, etc.
- Antes de aplicar un revoco es preciso retirar cuidadosamente papeles viejos que puedan tener las paredes, partículas sueltas y restos de pinturas y de colas.
- Hay que utilizar una imprimación acrílica de fachadas al agua (extiéndela con una brocha o rodillo). Este tratamiento mejora la aglomeración de los fondos arenosos y la adherencia del revoco.
- El yeso, las placas de yeso y tableros de DM se tratan con imprimación acrílica de fachadas para mejorar su adherencia.

Distintos tipos
Puedes elegir entre varias posibilidades a la hora de revocar tus paredes.

-Revoco rayado.
Consiste en una pasta rayable sintética que contiene arena natural.
Una vez que ya se tiene la pared preparada e imprimada, hay que aplicar con la llana la masa de un espesor determinado por el tamaño del grano. Cuando todavía está húmeda, se debe trabajar con la llana de plástico o de madera, dejando que los granos de arena marquen tramas en la masa. Puedes hacer los dibujos que quieras (círculos, líneas, etc.), lo importante es que la pared tenga un dibujo homogéneo.

-Revoco rugoso o picado.
Se trata de una pasta sintética al agua, sin arena, que se aplica con llana, rodillo o pistola.
El revestimiento rugoso o picado contiene más agua que la pasta rayable y se extiende en una capa más fina. Mientras ésta todavía está húmeda hay que darle textura utilizando herramientas como: llana, paleta, cepillos, rodillos de esponja gorda, rodillos de goma, etc.

Consejos

Es muy importante agitar bien cualquier tipo de revoco antes de su aplicación.
En el caso de que su aspecto sea demasiado consistente, conviene añadir un poco de agua a dicha mezcla.
Hay que cerrar bien los envoltorios abiertos para que no se queden duros.
Para evitar que se resequen, un buen sistema es añadir una capa de agua a la masa lo antes posible.

Coloca una cornisa de yeso en tu salón

Las cornisas son un elemento decorativo que ha vuelto con fuerza. Además, instalarlas es muy fácil, tan sólo necesitas un poco de técnica, unas manos minuciosas y algo de paciencia. Eso sí, no hay que olvidar otra cuestión importante, la regularidad geométrica de paredes y techos.

Para su correcta colocación...
- Lo primero que debes hacer es comprobar la horizontalidad y verticalidad del techo y de las paredes. Te puedes ayudar de un nivel grande.
- Necesitas un soporte de yeso, ya sea en forma de revoco, placas o cuadros, del que es preciso eliminar cualquier tipo de revestimiento, como pintura o papel pintado.
- Como podrás suponer, el interés estético de las cornisas reside en la continuidad de los motivos o adornos que llevan, por lo que debes realizar, de forma provisional, la instalación de una línea de soporte de listones en dos paredes perpendiculares a la vez.

¿Qué necesitas?
-Un nivel.
-Clavos, un martillo, una espátula y un serrucho.
-Listones de madera y cola.
-La cornisa. Algunos fabricantes ofrecen gamas completas de elementos decorativos: cornisas, conchas angulares y otro tipo de ornamentos, más modernos o más clásicos. También es fácil encontrar este material en tiendas especializadas de bricolaje en las que, además, disponen de gamas de molduras en espuma de poliuretano (de imitación).

Paso a paso
No es muy complicado colocar una cornisa en el techo de tu salón. Haz lo siguiente:

1. Marca en cada pared la línea de apoyo de la cornisa, así como su correspondiente medida en el techo.
2. Verifica con un nivel que la pendiente que hay en las paredes es la indicada.
3. Clava los soportes de madera por todo el perímetro de la pieza. Servirá de apoyo a los módulos de la cornisa.
4. Marca el trazado de la línea de apoyo en el techo (utilizando la pieza, claro está). Como las distancias entre las pareces no corresponden a las de los motivos es preciso cortar éstos previamente.
5. Traza la línea de corte en la pieza con ayuda de un lápiz y una regla.
6. Ten en cuenta que para realizar el corte de 45º en las esquinas se requiere gran delicadeza y precisión; de lo contrario, la estructura fibrosa del yeso se desmoronará.
7. Corta la pieza con una sierra de madera con dentadura fina. Utiliza también una guía especial para hacer ingletes.
8. La cola para pegar los cuadros de yeso se puede utilizar durante una hora aproximadamente. El endurecimiento se logra tras una hora y media. Para aplicarla puedes utilizar un cuchillo o una espátula.
9. Ahora llega el momento de la colocación. Este trabajo se realiza en dos fases. Primero se coloca cada elemento en el soporte de la pared, y luego se endereza contra el techo.
10. Hay que presionar con fuerza en toda la longitud, tanto contra las paredes como contra el techo.
11. Si queda un resquicio considerable entre dos piezas en ángulo (esquinas), llena el espacio con borra empapada en cola o con yeso de moldeo. Eso sí, hazlo cuando la cola ya haya fraguado.
12. La junta se debe tapar al ras. Ajusta lo mejor posible el exceso de cola sobrante.
13. La yuxtaposición de los elementos rectos requiere un cordón fino de cola entre ellos. Hay que apretar las piezas con el fin de formar una ligera rebaba, que posteriormente habrás de eliminar.
14. A la banda debes aplicale una cola de toma profunda. Cuando haya comenzado a fraguar, se procede a la limpieza de las rebabas sobrantes entre los ángulos y entre los elementos.
15. Repasa las imperfecciones utilizando cola.
16. Para finalizar pasa un pincel mojado.

Repara las juntas de las ventanas

A menudo, para evitar que el frío y la humedad entren en tu casa, debes proteger primero los exteriores, especialmente si tus ventanas son de madera y están ya un poco viejas o deterioradas. En este reportaje te detallamos cuáles son los principales problemas que pueden surgirte respecto a ventanas y juntas, y las soluciones más prácticas y adecuadas.

Posibles soluciones
Según el estado de las ventanas, puedes optar por diferentes alternativas:

- Si a la madera le ha afectado la humedad, posiblemente se agriete, se reseque y acabe rompiéndose. En este caso, debes hacer una reparación a fondo, arreglando la carpintería y las posibles grietas que aparezcan en el revestimiento de la fachada.

- Estas grietas o fisuras exteriores se reparan con espuma de poliuretano, un aislante muy bueno y fácil de manejar. Una vez aplicada y seca, no olvides dejar un pequeño espacio a ras de superficie para terminar de rellenar con un mortero específico antihumedad.

- En el caso de que la madera esté en muy mal estado, seguramente te veas en la necesidad de cambiar la ventana. De esta forma evitarás males mayores.

- Si no estaba tan mal como creías, y puede recuperarse, utiliza para ello productos resistentes y duraderos.

Qué materiales necesitas

- En cualquier tienda especializada encontrarás productos como: limpiadores antimoho, morteros antihumedad, revestimientos acrílicos para impermeabilizar, limpiadores de humedad, espuma de poliuretano, endurecedores de pintura, etc.

- Por otro lado, debes contar con ciertas herramientas: nos referimos a una espátula, una paleta, un cepillo para limpiar madera, cinta adhesiva, etc.

Evita que se cuele el agua
Una vez que has descubierto la junta por donde no sólo entra el frío sino también el agua, haz lo siguiente:

Utiliza una espátula o cuchillo para raspar la junta que hay entre el marco de la ventana y la pared. De esta forma retirarás todas las partículas sueltas que haya. Esto, además, sirve para crear una superficie de más agarre a la hora de aplicar la masilla de relleno.
También debes eliminar las manchas que tenga la madera: hazlo con un cepillo. Si hay restos de pintura, puedes retirarlos con decapante.
En las partes de la madera estropeadas aplica un consolidante, un endurecedor de madera.
No olvides proteger la carpintería adecuadamente antes de ponerte manos a la obra. Utiliza para ello una cinta adhesiva muy adherente, así no la mancharás.
Aplica espuma autoexpandible para rellenar las fisuras y, a continuación, el mortero del revoco.

Cuando hay filtraciones en el yeso

Los paneles de yeso laminado son muy utilizados a la hora de levantar nuevas separaciones en una casa o cuando se quiere insonorizar acústicamente una habitación. Sin embargo, este tipo de material se ve afectado por los efectos de las filtraciones de humedad más que las paredes corrientes debido a su escaso grosor. En cualquier caso, su arreglo apenas tiene complicación.

Herramientas que necesitas:

Medidor de humedad. Este aparato es muy práctico, pero su precio es bastante elevado.
Espátula y paleta.
Cepillo de púas de latón.
Rodillo y pincel.
Lija.
Primer paso, retirar el material afectado
Para arreglar los desperfectos que aparecen en estos tabiques a causa de la humedad, debes hacer lo siguiente:

1. Si cuentas con un medidor de humedad, comprueba que ésta es superior a la media general. Si no, observa si la pintura se ha levantado.

2. Golpea la unión entre rodapié y tabique tocando sobre éste. Utiliza el mango de alguna herramienta. Si el sonido es seco significa que está bien adherido a la pared, por lo que no tendrás que despegarlo.

3. Levanta todas las zonas deterioradas hasta llegar a un punto donde el muro esté en buenas condiciones. Una vez picado, tendrás que rellenar de nuevo los huecos resultantes.

4. Elimina el material sobrante con un cepillo de púas de latón.

5. Pasa un papel de lija de grano medio por el resto de la pared para que el tratamiento y el acabado agarren con facilidad.

No olvides
Cuando hayas eliminado las partes estropeadas debes aplicar un producto endurecedor para evitar que el material siga desprendiéndose. Para ello, protege las zonas que rodean a la pared (se trata de un líquido difícil de limpiar) y aplica el producto con un pincel.

Hay que pintar el muro
Antes de comenzar a pintar es necesario llevar a cabo una serie de pasos:

1. Aplica una mano de impermeabilizante por toda la pared. Utiliza el rodillo para ello.

2. Una vez seco, rellena los huecos con masilla para emplastecer las paredes. Alisa bien la pasta con la espátula; de esta forma, luego tendrás que lijar menos para igualar la superficie.

3. Aplica dos capas de pintura plástica. Entre una mano y otra debes dejar pasar 24 horas.

Prevenir y reparar goteras en techos exteriores

Cuando se acerca la época de lluvias comienzan a aperecer las primeras señales de goteras y humedades. Para que el problema no se agrande, es posible repararlo e impermeabilizar la superficie afectada. La temida humedad suele ser provocada por la pérdida de agua de una tubería o por un mal drenaje de ventanas y puertas. Mientras, las goteras en techos que dan a los terrados suelen deberse al paso del agua a través de una grieta o al desprendimiento o rotura de una teja.

Resolver goteras en los techos exteriores
Lo primero que debes hacer es comprobar si hay grietas en los suelos exteriores, principalmente en los ángulos con las paredes. Si las grietas son poco profundas, bastará con limpiarlas y cubrirlas con una emulsión asfáltica.

Cuando la grieta es muy profunda y el terrado es el de un edificio antiguo, conviene sellarla con una lechada de cemento con un agregado impermeabilizante. Tras esto, aplicar la emulsión asfáltica en varias capas, hasta nivelar el trozo con el resto de la superficie. Para asegurar buenos resultados, es mejor intercalar fibra de vidrio entre capa y capa.

En agrietados de terrados de construcciones modernas, si la tela asfáltica que está debajo del pavimento se ha deteriorado, séllala con emulsión asfáltica. Si sólo se deterioró el pavimento, repáralo con cemento. No olvides proteger ambas reparaciones con tela soldada. La tela se corta en franjas del mismo ancho y se colocan de diferentes modos de acuerdo con la pendiente del terrado.

Goteras junto a ventanas
Al detectar una mancha de humedad en una pared interior bajo una ventana, es posible pensar que puede deberse a las filtraciones de agua a través del alféizar.

El método de impermeabilización más adecuado consiste en colocar una barrera en la parte interior de éste para impedir el goteo. Después se debe tratar la mancha de humedad con un sistema de impermeabilización en superficie. Los golpes ocasionales que reciben puertas y ventanas pueden producir una caída del revoque de alrededor de los marcos. Por esos espacios también se puede filtrar humedad. En este caso puedes rellenar los huecos con masilla selladora resistente al agua.

Consejos

Si la humedad de las paredes se debe a la condensación, una vez limpia y seca, es preferible pintarla con pinturas especiales anticondensación.
Reparar las grietas, por mínimas que sean y en cuanto aparezcan. No se sabe si detrás puede haber una tubería que con el tiempo tenga filtraciones que traspasen a la grieta y posteriormente a toda la pared.
Para reparar la grieta bastará con ponerle masilla y una vez seca pintar encima.

Organiza tu casa sin apenas ocupar espacio

Cómo colocar baldas

Las estanterías de baldas son muy útiles para la organización de objetos en el hogar. Su ubicación no es exclusiva de determinadas estancias, sino que se colocan en el lugar en el que hagan falta.

En el baño para colocar los jabones y toallas, en el salón para la organización de libros o en el dormitorio, cualquier estancia estará encantada de acoger a este elemento siempre y cuando se amolde a su estilo decorativo.

En este reportaje os vamos a mostrar las claves para que instaléis vuestra propia estantería fácilmente y así, tener siempre organizadas colecciones, ropas y objetos.
Las baldas y sus fijaciones
Las baldas o estantes son planchas horizontales de madera, cristal o metal que se fijan a las paredes o muros y a los interiores de los armarios para facilitar el almacenamiento o la decoración de una estancia. En todos estos casos los estantes deberán instalarse con sistemas de fijación seguros para resistir el peso de las baldas y de los objetos colocados sobre ellas.

Existen diferentes sistemas y soportes que permiten fijar y sustentar las baldas. Su elección depende del peso que van a tener que soportar. Los diferentes tipos de soporte van desde las sencillas y asequibles escuadras metálicas o de madera hasta los sistemas de fijación invisibles.

Materiales y herramientas necesarias
• Soportes y sistemas de fijación.
• Tacos para muros macizos o huecos.
• Taladradora y broca.
• Nivel.
• Destornillador y tornillos.
• Lápiz o punzón.

Instalación paso a paso
• El primer paso es decidir a qué altura deseamos situar el estante.

• Una vez resuelto este problema, situamos uno de los soportes de la balda sobre la pared a la altura deseada y marcamos con un lápiz o un punzón la situación de uno de los orificios del soporte.

• Realizamos un taladro para colocar un taco de fijación en el lugar previamente marcado.

• Fijamos el soporte a la pared mediante un tornillo y comprobamos el nivel de verticalidad y horizontalidad antes de marcar la situación exacta de los demás taladros.

• Para marcar la situación de los orificios de otro soporte, apoyamos la balda sobre el soporte ya fijado y el que todavía no está atornillado. Posteriormente utilizamos el nivel para comprobar de nuevo la horizontalidad.

• Por último, cuando los sistemas de fijación estén afianzados al muro, atornillamos la balda a dichos soportes.

De este modo, conseguiremos una estantería en la que organizar nuestros libros, películas, etc. Ocupando el menor espacio posible.

Cerraduras, un proceso sencillo para cambiarlas

Algunos habituales defectos en las cerraduras de nuestras puertas son que el picaporte cuelgue hacia abajo o que la llave no pueda girar. En este caso no habrá más remedio que repararla o cambiarla. ¿Quieres conocer algunos pasos sencillos que te facilitarán este trabajo?

Puertas interiores

Las cerraduras de las puertas interiores son bastante sencillas, por lo que el cambio o reparación no supone un gran problema. Lo más habitual es cambiarlas, debido a que su precio no es muy elevado. En las cerraduras económicas tanto el pasador como el cierre fijo suelen ser de plástico. No es un material muy duradero, pero tiene la ventaja de que permite cerrar las puertas con mayor facilidad.

Puertas exteriores

En este caso, las cerraduras suelen ir alojadas en una caja colocada en el lado estrecho. Lo único que queda a la vista es el fleje plano que sujeta el mecanismo y del que sobresalen el pestillo deslizante y el cerrojo, que se acciona con una llave.

Las cerraduras se diferencian principalmente en la profundidad y en la altura de la caja del mecanismo, en la medida de los orificios para los tornillos de sujeción y en la distancia del eje de giro de la llave hasta la chapa soporte. La longitud de los tornillos puede variar, pero la más habitual es de 55 mm. Hay diferencias entre llaves para puertas macizas o puertas ensambladas. En las primeras, la chapa está justo en la mitad de la caja y en las ensambladas, hacia un lado. A la hora de comprar una cerradura es importante tener en cuenta si la puerta abre hacia la derecha o la izquierda.

Cómo quitar la cerradura

1. Para soltar la cerradura se retiran el picaporte y el pasador de fijación con ayuda de un punzón, largo y fino.
2. Después hay que sacar el eje cuadrado de accionamiento.
3. Se desatornillan las distintas fijaciones a la madera.
4. Después se introduce un destornillador por el orificio del pasador y con un empujón se afloja el mecanismo.
5. Por último, sujetar la cerradura por los extremos superior e inferior y sacarla de su alojamiento.
6. Para colocar una nueva, habrá que realizar el proceso contrario.

Algunos consejos

Antes de sustituirla, se puede engrasar; bastará con utilizar un producto comercial de multiengrasado o unas gotas de aceite mineral.

Si la puerta sobre la que se va a cambiar la cerradura es lacada, habrá que tener mucho cuidado. Retira trozos pequeños de laca de alrededor del fleje, para evitar que salten pedazos grandes al tirar de la caja.

Puertas blindadas: entradas infranqueables

Cada vez son más los que apuestan por vivir en una casa segura. Los sistemas de alarma y demás productos domóticos orientados a velar por la seguridad del hogar son aspectos muy valorados en las nuevas promociones, mientras que la contratación de estos servicios en las viviendas actuales continúa su ritmo ascendente.

En este sentido, el incremento del número de robos producidos en las viviendas españolas es uno de los factores que ha alertado a los propietarios a salvaguardar su inmueble de la posible intrusión de ladrones. Las técnicas que utilizan los ladrones para sustraer los bienes localizados en el interior de las casas que asaltan son de lo más variado. Sin embargo, uno de los métodos más empleados para penetrar en los pisos es forzando la puerta de entrada.

Disuadir al ladrón
Una puerta reforzada en el exterior es sinónimo de protección. En ocasiones, es suficiente con que los ladrones vean una de estas puertas para abortar su plan. Las opciones son amplias, ya que podemos escoger entre una gran gama de puertas pensadas para hacer de tu hogar un lugar más seguro. Si tuviéramos que diferenciar en función del coste, las puertas denominadas de seguridad aparecerían como las más asequibles, mientras que, en el otro extremo, tendríamos las acorazadas.

En un término medio, se situarían las blindadas. Se trata de puertas con interior de aglomerado u otros tipos de hojas pero que incorporan una lámina de acero de grosor variable. La plancha de este material proporciona una extraordinaria solidez. Después, se recubre todo con tableros de madera. El aspecto exterior de la puerta es uno de los detalles en los que también se hace especial incidencia con objeto de que los ladrones abandonen la idea.

Aunque la más solicitada es la puerta de seguridad debido a su precio y prestaciones, la puerta blindada gana terreno debido a sus prestaciones. Su instalación es bastante común en comercios y también en oficinas. Por otro lado, señalar que podemos optar por diferentes tipos de blindado en función de nuestras necesidades y nuestro bolsillo.

Una cerradura fuerte
Las puertas blindadas constan de varios puntos de reforzamiento. Uno de los más importantes es la propia cerradura de anclaje de la puerta. El número de anclajes dependerá del grado de blindaje de la misma. Los cilindros que poseen estas cerraduras están pensados para impedir a los intrusos que los extraigan ya que son capaces de aguantar mucha presión.

Para la apertura de las cerraduras se utilizan llaves hechas a medida o computadas de las que resulta complicado hacer copias una vez pasado el tiempo. Resulta fundamental que se extreme la precaución al portar estas llaves puesto que, en caso de pérdida, el cerrajero tardaría bastante tiempo en acceder a la vivienda. Además, al realizar la operación de apertura se producirían daños en la placa de acero.

El refuerzo del marco
El mejor bloqueo que existe en el mundo de las puertas blindadas es el anclaje cuádruple o bloqueo por los cuatro costados que obliga a las barras de acero con las que cuenta esta puerta a moverse simultáneamente. Una de las barras va hacia la parte superior de la puerta y otra a la parte inferior. Las barras que van hacia la cerradura pueden variar en número, igual que las que se accionan de cara a las bisagras. No obstante, existen anclajes menos sofisticados y más económicos.

La zona por la que los ladrones suelen atacar las puertas blindadas son los perfiles de la misma. Es precisamente en este tema en el que insisten mucho los expertos en seguridad afirmando que el reforzamiento de los marcos es esencial para que el uso de palancas no resulte efectivo. Los perfiles de hierro colocados en los marcos es un método que suele disuadir a los ladrones que intentan forzar la puerta y terminan por darse por vencidos al tardar tanto tiempo en violar la entrada.

Otro de los elementos que frecuentemente define a las puertas blindadas es la apertura de visión que permite su mirilla, llegando a abarcar una panorámica de 180 grados. Además, estas puertas suelen estar fabricadas con materiales de excelente calidad orientados al aislamiento acústico. Asimismo, pueden ofrecer la función añadida de aislar las temperaturas extremas y estar preparadas ante el fuego, permaneciendo inalterables.

Los derivados de la madera

Conocidos como el material opuesto a la madera maciza, los transformados de la madera constituyen una opción económica y resistente para la elaboración de muebles y otros objetos de carpintería, así como en la fabricación de revestimientos y elementos decorativos. Útiles, baratos y funcionales, los productos que se obtienen a partir de virutas, serrines, cortezas y ramas suelen tener forma de paneles en su presentación comercial. Los más comunes son los aglomerados, los contrachapados y los de fibra.

El contrachapado
La madera tiene un gran inconveniente: es vulnerable a los cambios atmosféricos, sobre todo de humedad. Para evitar las modificaciones en su estructura y aumentar su resistencia, algunos carpinteros comenzaron a elaborar tableros formados por varias chapas de madera, que se encolan y se prensan para otorgarles mayor resistencia. Esto dio lugar a la industria del contrachapado.

Las maderas más frecuentes con las que se elaboran este tipo de paneles son el pino, el haya o el álamo. El contrachapado más común, formado por cinco chapas, es el que se destina a los interiores, aunque existen paneles especiales adaptados a exteriores. Asimismo, disponemos de otras variedades revestidas de maderas más nobles (roble), muy ornamentales, para decorar salones y dormitorios, y otras revestidas de PVC, muy habituales en el baño y la cocina, por su impermeabilidad.

El aglomerado
Cuando restos de madera (tales como virutas, serrines y ramas) se trituran, se mezclan y se calientan, convirtiéndolos en paneles de madera rígidos, nos encontramos ante los tableros de aglomerado. No cabe duda de que este sistema es un buen método para aprovechar al máximo todos los residuos de carpintería que antaño no se utilizaban en carpintería y ebanistería.

Muy barato y fácil de trabajar, tiene una textura irregular y porosa muy característica. Es un material básico para elaborar parqués y tarimas flotantes, así como todo tipo de tableros, que se utilizan en carpintería para elaborar la estructura de los muebles o piezas modulares no demasiado complejas. Asimismo, disponen de variedades especiales de aglomerados para exteriores.

Fibras
Los paneles de fibra son tableros elaborados a partir de fibras de madera que se unen con cola y se prensan. Éstas proceden de la pasta de madera. Existen dos variedades: los paneles HDF (alta densidad de fibra, o de fibras duras) y MDF (densidad media de fibra), que se diferencian en la dureza y densidad de las fibras con las que están fabricados.

Se recurre a los paneles más duros para confeccionar revestimientos, mientras que los tableros de fibra de densidad media son más versátiles y se trabajan fácilmente en carpintería como si fueran cartón. Estos últimos tienen un único inconveniente: son muy sensibles a la humedad, por lo que puede ser conveniente darles una primera capa de imprimación que les permita soportar las inclemencias del tiempo.

Conocer los tipos de madera

Un buen modo de acercarse al noble oficio de la carpintería es conocer bien la materia prima, es decir, la madera. Los tipos y subproductos madereros que existen en el mercado son muchísimos, tantos como aplicaciones tiene este material en el mundo de la construcción y la decoración. No obstante, saber cuáles son las variedades más utilizadas y sus características nos ayudará a decantarnos por unas u otras, dependiendo de las necesidades que tengamos en cada momento.

La primera clasificación que se establece en carpintería distingue entre madera maciza y aglomerados. En el primer caso, las piezas proceden directamente de madera natural de troncos de árbol. En el caso de las tablas o tableros de aglomerado o contrachapados, la madera tiene que pasar previamente por un proceso industrial, ya que se elaboran con serrines, colas y celulosa.

Madera maciza
Cuando hablamos de materiales macizos, nos referimos a aquellas maderas que proceden directamente del tronco. Son piezas íntegras, que están compuestas sola y exclusivamente de madera. Al ser totalmente naturales, la calidad y el precio son más elevados.

El proceso de secado es lo que diferencia a la madera que se puede trabajar de un pedazo de tronco de un árbol; para ello, es necesario reducir la humedad del árbol hasta aproximadamente una quinta parte del estado original para que sea maleable. De material macizo es posible adquirir tablas, tableros o listones. Dependiendo del tipo de árbol del que proceda la pieza, tendremos diferentes grados de calidad y resistencia.

Tipos de madera según su uso
Maderas blandas: las más ligeras, baratas y las más habituales en la mayoría de muebles y estructuras. Los árboles de crecimiento rápido, perennes y coníferas suelen componer el grueso de las variedades blandas: pino, ciprés, abeto, cedro... La referencia blanda no equivale siempre a madera menos resistente; algunas pueden serlo y otras no tanto. En realidad, nos referimos a que se trabajan mejor, son más dúctiles y, por eso, pueden ser más fáciles de usar según qué casos.

Maderas duras: son más caras y generalmente más resistentes (son muy frecuentes para revestir suelos). Trabajarlas en bricolaje es más complicado porque son menos lisas y tienen más irregularidades, sin embargo, darles forma con máquina suele ser más sencillo. La madera dura produce como resultado muebles de gran calidad y de excelentes acabados.

Tipos de madera según su origen
Maderas europeas: con esta denominación se hace referencia a las procedentes del hemisferio norte o de zonas templadas, generalmente del continente europeo. El hecho de que sean más comunes en determinadas latitudes no significa que sean más económicas. En esta división, encontramos otras dos clasificaciones dependiendo del árbol del que se origina la madera:

Maderas frondosas: son las más habituales para la fabricación de muebles, ebanistería y revestimientos de madera. El roble es una de las más nobles del grupo, aunque en esta tipología también encontramos maderas como haya, fresno, nogal, olmo, cerezo o encina.
Maderas resinosas: son de las más utilizadas, sobre todo en construcción y carpintería. La mayoría pertenecen a la subdivisión de maderas blandas. El pino, el abeto o el cedro son algunos representantes de las resinosas. El pino es, por ejemplo, una variedad fundamental para la industria maderera.
Maderas tropicales: son las maderas exóticas, todas de procedencia muy diversa. Su origen lo encontramos en zonas tropicales de América, África y Asia. Cada día están más de moda porque ofrecen colores nuevos y ambientes exóticos a la decoración del hogar. En otros casos, su excepcional resistencia las hace únicas para ciertos usos: es el caso de la teca, frecuente en el mobiliario de jardín. Asimismo, se eligen por el toque cálido y original que ofrecen a los hogares: el wengué o el iroko son ya muy frecuentes en revestimientos y mobiliario. Por su parte, el ébano y la caoba son, por excelencia, las maderas tropicales más conocidas y apreciadas.

Curar las enfermedades de la madera

La madera, al provenir de un ser vivo, los árboles, puede tener señales que delatan la existencia de una o varias enfermedades en ella. A diferencia de lo que a veces pensamos, es muy fácil llegar a una solución para que este material se pueda aprovechar y no se vea afectado por parásitos o podredumbres. El truco está en coger los problemas a tiempo o, simplemente, intentar prevenirlos.

La primera de dichas enfermedades es la pudrición, que aparece a través de la desintegración de los elementos químicos que forman parte de la savia. Los agentes causantes son determinados tipos de hongo. Podemos distinguir entre la pudrición blanca y la azul. La blanca, que es seca, tiene tal denominación debido a que aparece en forma de una masa de color muy claro, casi blanco. Surge, sobre todo, cuando este material ha estado en contacto con humedades.

La azul brota en los árboles que se cortan, pero que no se transforman en madera inmediatamente y se mantienen con la corteza durante mucho tiempo. Se llama así porque en el pino la blancura se azulea intensamente, aunque en otras especies adquiera un color diferente (en la encina toma un color pardo, en el abeto rojo, depende del ejemplar). Cuando la enfermedad no está avanzada es posible darle uso a la madera, con la condición de que se sierre de forma inmediata y se instale en un lugar frío y seco.

Para prevenir la putrefacción conviene darle una capa de barniz con aceite de linaza, pinturas al óleo o alquitrán. Con el fin de conseguir tablas más duras y que adquieran un mayor peso, se puede impregnar con creosata o con sales metálicas como el sulfato de cobre.

El moho de los hongos
Otra de las enfermedades que puede padecer este material es la aparición de moho, debido al ataque que sufre de los hongos. Si se extienden de forma rápida, pueden producir su destrucción total. Los identificamos por la aparición de erupciones de color blanco en la superficie. Se originan, sobre todo, en lugares húmedos.

Si no te ves capaz de reconocerlos con seguridad, lo puedes comprobar dándole unos golpes, ya que cuando es atacado por estos agentes, el sonido de la madera es muy apagado. El modo de prevenir los mohos es situar la madera en un lugar donde los hongos no puedan tener un buen medio de vida. Si ya padece esta enfermedad, una solución puede ser aplicarle un chorro de aire caliente (a más de 60º), quitando después la parte dañada y dándole, por último, una capa de cemento.

Insectos y parásitos de la madera
Cuando hablamos de carcoma no sólo nos referimos a un defecto sino que, además, significa que los insectos ya han depositado sus larvas en el tronco. Forman galerías que muchas veces están construidas sin salida al exterior y, por eso, puede que no los veamos, pero que sí oigamos el ruido que producen al roerla. La forma más habitual de paliarlo es inyectando en las galerías ácidos fuertes que acaben con ellos. Si lo que quieres es prevenir su aparición, puedes hacerlo dándoles una capa de barniz.

Otros agentes destructivos son las termitas. Aunque no son muy comunes en España, sus plagas son muy peligrosas en otros países porque pueden llegar a destruir una casa de madera en muy pocos meses. Suelen actuar en la madera vieja y su objetivo fundamental es alimentarse con sus componentes. Para acabar con ellas, podemos utilizar productos insecticidas específicos.

Por último, no hemos de olvidar que otras pequeñas molestias pueden hacer de la madera un material inservible: es el caso de los escarabajos llamados anobios y de las polillas

Tableros

Tipos de planchas y tableros

- Tableros contrachapados. Se basan en la superposición de placas o chapas estructurales de madera alternando el sentido de la fibra y pegadas entre sí. Suelen estar constituidos por un mínimo de tres láminas encoladas de modo que sus fibras se dispongan en distinta posición. Esta posición cruzada de las capas tiene como finalidad compensar las tensiones de contracción de la madera.

- Tableros de carpintería. Su núcleo está formado por listones de mayor o menor anchura, y sus capas exteriores van encoladas cruzadas. Se emplean fundamentalmente en la fabricación de muebles y puertas interiores.

- Tableros de fibra. Fabricados a partir de fibras de madera húmedas sometidas a gran presión y elevada temperatura. Para unir las fibras se utilizan resinas naturales contenidas en las mismas. También existen tableros de fibra plastificados cuya cara lisa se han recubierto con melamina de colores lisos o de imitación de maderas.

Qué son

Para contrarrestar las contracciones de la madera y evitar al máximo el desperdicio de material, la industria maderera creó las planchas y los tableros de madera. Estos elementos son la base de la mayoría de los trabajos que realiza el aficionado a la carpintería.

Tableros aglomerados

Formados a partir de finas virutas de madera, prensadas y encoladas a presión. Son más gruesos, pero más ligeros que los constituidos por la madera prensada. Existen principalmente tres tipos de aglomerado: sin cubrir, plastificado y chapado.

- Sin cubrir. Compuestos por 3 capas, tienen el núcleo formado por virutas dispuestas entre dos capas exteriores de partículas muy finas de alta densidad y con alta proporción de resina, lo que da lugar a una superficie muy suave y apta para recibir la mayor parte de los acabados y recubrimientos.
- Plastificado. Es un aglomerado de 3 capas que recibe en sus caras un recubrimiento de melamina que es un tipo de plástico.
- Chapado. También es un tablero de tres capas al que se le pega en sus caras chapa de madera natural.

No debes olvidar que...

- La calidad de un contrachapado viene dada por la calidad de sus chapas y el tipo de adhesivo empleado en su fabricación.
- El tablero de carpintería se puede teñir, barnizar, encerar, pintar y lacar.
- El tablero aglomerado no se puede utilizar en condiciones de humedad (exteriores, cuartos de baño, etc.) pues tiende a hincharse y no se recupera con el secado.
- El tablero de fibra se utiliza principalmente como traseras de muebles y fondos de cajones, y el plastificado puede utilizarse como revestimiento decorativo de paredes y forrado de armarios

Cómo instalar un altillo móvil

El techo como almacén

Un problema universal de todas las casas es la falta de espacio. Pero si aguzamos el ingenio exprimiremos al máximo cada rincón, encontrando huecos libres donde no se sospechaba.

Una vez colmatadas las paredes, queda un gran sitio vacante: ¡el techo! Donde la altura lo permita podemos colgar una pequeña plataforma para guardar chismes, cajas o maletas.

Y aunque la carga resulte pesada, un juego de poleas hará posible subir y bajar el altillo a mano, sin esfuerzo. El sistema resulta muy práctico para sótanos y garajes.

PASO 1 Vamos a realizar un altillo de sombreros para el taller de una diseñadora. Hemos fabricado un bastidor ligero, dado que los sombreros pesan poco, y le pondremos malla de alambre para que el contenido pueda verse desde abajo
En la ferretería hay malla de varios calibres; escogemos el mayor, dado que es el más barato, y no le colocaremos objetos pequeños. Primero sujetamos la malla al bastidor con las prácticas pinzas, y luego le daremos tensión al clavarla “Cosemos” la malla al bastidor con grapas en forma de U, poniendo debajo otro listón para nivelar con las pinzas. Estas grapas tienden a hundirse más de un lado, debemos clavarlas bien para que no asomen por el flanco del listón. Ya está montada la malla en los cuatro lados del marco. Pero nuestro ligero bastidor todavía no es una estructura fiable. Observemos que la tensión del alambre curva los listones; ello será después beneficioso para reforzarlos Con una adecuada herramienta de corte eliminamos los “flecos” de la malla muy rápidamente. Usar los alicates para esta tarea sería lento y fatigoso. Una vez cortados todos los alambres, la mejor solución para evitar rasguños y enganchones es fijar encima un listón fino. Dado que no habrá pleno contacto entre las superficies, en vez de cola procede usar un adhesivo sellador La pieza decisiva de nuestro montaje. Las cuatro “torrecillas”, añadiendo muy poco peso, refuerzan considerablemente el bastidor, y sujetarán la baranda de cuerda. La curvatura de los listones antes mencionada favorece el encolado Como fijación para la cuerda pondremos unos cáncamos abiertos. Pero resultan de grosor excesivo para nuestras torrecillas y la rosca podría romperlas. ¿Qué hacer? Muy sencillo: en vez de enroscarlas hacemos un taladro… …y sencillamente usamos resina epoxídica para fijar los cáncamos. Es una solución excelente cuando hay riesgo de que una rosca de buen tamaño tronche la madera. Para manejar la resina siempre nos ponemos guantes de vinilo. Dado que la resina es muy viscosa y no gotea como la cola, la introducimos usando el mismo tornillo. No olvidemos poner entonces la abertura del cáncamo hacia fuera, porque será imposible una vez que la resina haya secado. La resina tiene un tiempo de secado bastante largo, necesita varias horas para solidificar. Y llegado ese momento sólo falta poner la baranda de cuerda. Su función es impedir que los sombreros se caigan por los lados, sin dañarlos. Y ya tenemos nuestro altillo de sombreros listo para desarrollar sus funciones. Sólo falta colgarlo del techo mediante un aparejo que nos permita bajarlo y subirlo a mano cómodamente. Eso lo veremos en el próximo reportaje.

Tensor para encolado

Bricolaje con velcro

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Los trabajos de encolado requieren cierta presión en las superficies a unir mientras la cola hace efecto, por lo general 24 horas. Esto se consigue fácilmente en la mayoría de los casos con accesorios normales: mordazas, sargentos, pinzas. Sin embargo, hay algunas tareas que se complican por la forma del mueble. Ejemplo típico: las patas de la silla.

Para encolar patas, los restauradores emplean normalmente bandas de transportista. Las hay de muchos tamaños, y aunque no son baratas suponen una inversión necesaria para muchos profesionales. Por el contrario, el aficionado acogerá con disgusto la perspectiva de gastar dinero en un chisme que tal vez sólo necesite una vez al año... Para un bricolega de raza, esto no representa problema alguno. ¡Hagamos un tensor eficaz y barato!

PASO 1 He aquí los materiales que utilizaremos: una goma para equipaje de coche, y una cinta normal de velcro, que se compra por metros.
Coseremos ambos materiales con este hilo, de la clase llamada torzal: su resistencia es muy considerable, como podemos ver. Y podemos confiar en la asombrosa fijeza del velcro en carga rasante: sólo un palmo de unión es suficiente para soportar un extintor de 15 kilos. Despojamos la goma de los ganchos, cortando ambos extremos. El aro de alambre nos será útil al final, para que no se deshilache la funda. Una costura de unos seis centímetros bastará para conseguir suficiente firmeza en la unión de la goma y el velcro. Hacemos puntadas de manera concienzuda, atravesando la goma con la aguja, y tensando el hilo cada vez. Cuando ya tenemos una ligadura fiable, rematamos el extremo con el aro de alambre que habíamos recuperado al cortar la goma. De esa manera las fibras elásticas permanecerán unidas, y la costura no se desgarrará aunque se vea sometida a fuerte tracción. Cosemos la misma unión en la otra punta, y de esa forma tan sencilla obtenemos un tensor para encolar las patas de nuestro sillón, por menos de 2 euros.

Cómo reforzar un tablero auxiliar

Montaje de perfiles metálicos

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¿Quién no ha organizado la típica fiesta de Navidad en un local alquilado, y al colocar las botellas, los vasos y el hielo descubre que la mesa, por lo general un achacoso tablero de aglomerado, empieza a combarse peligrosamente? O peor aún, tras emitir avisos desesperados, que desoyen los organizadores enfrascados en su aperreo, la mesa de las bebidas se desploma en mitad de la fiesta con todo su cargamento, causando el trastorno que cabe imaginar. ¡Rezad para que no se rompan todas las botellas de ginebra!

Vamos a explicaros cómo reforzar un tablero de una forma muy sencilla, con dos perfiles metálicos que convertirán el vetusto tablero en una robusta encimera.

PASO 1 Realizaremos nuestro caso práctico con este Belén de albañilería. Nos hemos propasado en el peso, y ahora cuando lo levantemos para trasladarlo a su lugar definitivo, el tablero se curvará, rompiendo la estructura del Belén.

Cómo subir la altura de una cama

Cambiar patas de hierro

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Los trabajos con muebles metálicos pueden ser tan sencillos y abordables para el aficionado como los de carpintería, sin embargo algunos bricolegas sienten cierta aprensión ante el manejo del hierro. Y llegado el caso optan por reemplazar un mueble entero, con el consiguiente desembolso, en vez de aplicar una reforma barata, sencilla y decorativa.

En este reportaje veremos un ejemplo: la cama de unos vecinos tiene un cabecero Art Déco muy elegante, pero que presenta un relieve cuyo borde inferior queda demasiado alto, y ocasiona frecuentes coscorrones al cambiar de postura. Comprobamos que no podemos bajar el cabecero, de modo que sólo queda una vía: subir la altura de la cama, cambiando las cuatro patas metálicas del somier. Manos a la obra

PASO 1 Aquí tenemos el cabecero. En la cama original, la parte inferior de esos ‘semitroncos’ quedaba tapada por el colchón. Las camas modernas por lo general son más bajas que las antiguas, debido a que los techos de los pisos son más bajos.
Nosotros alzaremos la cama de una forma muy sencilla. Las patas son tubos huecos de 3 x 4 centímetros, llevaremos una desmontada para que en el almacén vean el grosor de la chapa. El almacén de hierros. A simple vista el experto operario reconoce la pieza: “tubo de 30 x 40”. Recordemos que ellos miden en milímetros, igual que en los almacenes de madera. Otra cosa a recordar: llevaremos guantes, los tubos están manchados de grasa. En 5 minutos tenemos nuestras cuatro patas cortadas. Las originales miden 27 cm, así que nosotros las hemos pedido de 42 cm; mejor dicho, de 420 mm. Pensamos que es buena altura sin comprometer la solidez de la fijación. El almacén nos entrega los tubos con el borde sin rematar, una sencilla tarea que haremos nosotros en pocos minutos con la lima para metales. He aquí el pulimentado aspecto que tienen ahora los tubos. Ya podemos manejarlos sin riesgo de arañazos, y sobre todo ponerles debajo la tapa de goma, que sacaremos de las patas antiguas presionando con cualquier varilla o caña. Comenzamos a hacer los taladros para el tornillo pasante que afirmará las “extremidades” al bastidor. Para facilitar el trabajo a nuestra querida herramienta, hacemos primero un agujero pequeño, que luego agrandamos con la broca definitiva. El taladro definitivo con la broca del 8. Hemos puesto un mártir de madera, y debajo un plástico de burbujas para evitar rayaduras en la mesa. Y naturalmente trabajamos con guantes. Montaje de la pata nueva, ya preparada. Hemos apoyado el bastidor en la pared para manejarlo cómodamente. La robusta fijación, como podemos ver, consta de dos piezas. Trabajando con elementos metálicos hay que apretar los tornillos tanto como se pueda. Seguimos con los guantes, para protegernos de cualquier posible golpe por un resbalón de la llave. Y aquí tenemos la nueva cota que hemos conseguido para la cama de esa manera tan fácil. Hemos dejado los tornillos por fuera, tal como estaban originalmente en el somier. Y hemos puesto las tapas de goma para el suelo. El resultado de nuestra labor. Hemos subido la base del colchón, y el borde de las molduras ya no es un problema. ¡Y naturalmente Coco es el primero en dar el visto bueno a la reforma!
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